Villa Borghese es un oasis de más de 80 hectáreas situado en el corazón de Roma. Se trata de uno de los parques más grandes de la ciudad y os aseguramos que si viajáis a Roma, merece la pena visitarlo. Podréis disfrutar de la historia, del arte, de la arquitectura y como no, de sus preciosos jardines.
Como introducción, os contaremos un poco de su historia. El parque es una leyenda, se construyó en el año 1605 como residencia de verano del cardenal Scipione Borghese. Durante 400 años se mantuvo en poder de la familia Borghese hasta 1902, año en el que se vendió parte de la Villa al Estado Italiano. Al año siguiente, el Ayuntamiento de Roma adquirió los jardines y los abrió al público.
El parque se ubica sobre la colina Pinciano y cuenta con 9 accesos. La entrada es gratuita, aunque para poder visitar los museos hay que pagar una entrada. A continuación os contaremos todo lo que hay en el interior de Villa Borghese.
Comenzaremos por las puertas de entrada. Las más populares son Piazza di Spagna y Piazzale Flaminio, desde la que se puede acceder a la monumental Porta Flaminia. Otra muy conocida es Porta Pinciana, famosa por ser una de las antiguas puertas de las murallas Aurelianas y, por último, Piazza del Popolo.
Recomendamos enormemente visitar la entrada de Piazza del Popolo, ya que desde ella se accede a la Rampa del Pincio. Si subís la colina llegareis hasta la terraza del Pincio. Allí hay un mirador en el que tendréis unas de las mejores vistas de toda Roma.
Como veis, Villa Borghese tiene mucho que ofrecer. El parque se ha convertido en los últimos años en una parada obligatoria, pues os permitirá olvidaros de la ciudad por un momento. Cuenta con muchos espacios abiertos donde podréis relajaros, pasear o incluso alquilar una bicicleta.
Si vais en familia seguro os encantará, sobre todo a los más peques, ya que en el interior se encuentra Bioparco, el zoo de Roma. Este zoológico dispone de 17 hectáreas y cuenta con más de 1.000 animales de 200 especies distintas. Es uno de los más antiguos de Europa y gracias a su estructura, los animales no se encuentran enjaulados.
Si sois amantes del arte estáis de enhorabuena porque Villa Borghese alberga una gran cantidad de museos: la Galería Nacional de Arte Moderno, Villa Giulia (el Museo de Arte Etrusco) y un imprescindible, el Museo y Galería Borghese.
La Galería Borghese es uno de los museos más importantes de Roma. En ella se encuentran algunas obras de los artistas más reconocidos del renacimiento y del barroco. Podréis visitar las obras más populares de Bernini como Apolo y Dafne o El David. Pero no son las únicas, porque el museo también alberga La Venus Victrix de Canova o, la famosa pintura de Caravaggio en la que aparece David con la cabeza de Goliat.
Si queréis visitar la Galería Borghese os recomendamos reservar las entradas con antelación, ya que suele haber mucha demanda y se agotan con facilidad. Nuestro consejo es realizar una visita guiada para no perderse nada.
Otro de los atractivos del parque es el reloj de agua de Pincio. Se construyó en 1873 y se ubica en una isla en medio de un estanque. La particularidad del reloj está en su péndulo de cuatro esferas, tiene una estructura en forma de árbol y sus manecillas simulan ser flores.
A lo largo y ancho del parque se ubican varias fuentes de agua que datan de los siglos XVII y XX. Estas fuentes son muy representativas, ya que cuentan con grabados y estatuas de algunos dioses y personajes mitológicos. Entre las más populares se encuentran la Fuente de los caballos marinos, la fuente de los delfines y la fuente de Venus.
Además, Villa Borghese dispone de un lago en el que se puede alquilar un bote y dar un paseo por todo el estanque, ¿acaso no es un buen plan? En el centro del lago hay una pequeña isla en la que se encuentra el templo de Esculapio.
Como veis, es mucho más que un parque. Si viajas a Roma y quieres sumergirte en la cultura, la historia, el arte y la naturaleza de la ciudad, Villa Borghese es el lugar ideal. ¿Y tú? ¿Te lo vas a perder?